“…Es entonces cuando la magia de lo “Nuevo” se desvela ante los ojos del caminante, quizás después de muchos meses o años de olvido y sueño.
En ese estado de calma interior, con la mente quieta, sin esfuerzo, los sentidos se abren expectantes y libres de toda interpretación o prejuicio, sin opinión que altere el obsequio de la “Madre Natura”, que junto con su amparo y guía acompañan durante todo el trayecto al que camina.
De esa forma se aviva la “Chispa Interior” y recordamos que es posible “Ser”. Ser lejos de la aparente seguridad que proyecta lo conocido. Ser sin temor a desprendernos del sueño y de un entorno demasiado artificial y a menudo tóxico, que tan fácilmente engancha por la costumbre y adormece la esencia de lo que somos…”
"...“A Costa da Morte”, paraje mítico considerado por los ilustrados de otros tiempos como el límite final de la tierra, más allá del cual se abría un abismo insondable y sin retorno. Legendario lugar que albergaba, sin embargo, un significado muy distinto para los filósofos y alquimistas de antaño. Paraje enigmático donde en tiempo despejado es posible contemplar bellísimos atardeceres, en los que la vista asistida por la viva imaginación permite vislumbrar un fuego danzante sobre las ondas, que parece surgir del mismo fondo marino en los instantes en que el Sol acaricia las aguas desde un horizonte sin fin..."
Santiago Erendi
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